Toñi Olalla no es un estudio ni una tienda, es mi nombre real. Ese detalle creo que ya dice mucho de mi forma de ver esta profesión. Busco la belleza, la sencillez, la alegría, imágenes únicas, pero sobre todo, que esas maravillosas parejas que me eligieron para capturar los recuerdos de uno de los mejores días de sus vidas, se alegren desde el primer momento, hasta ver el resultado final, de haber confiado en mí (con los recuerdos de ese día no se juega).
Para conseguirlo no hay mejor manera que ponerlo todo de mí, porque no sé separar a la profesional de la persona, no puedo ver esta labor como solo un medio de vida, mis parejas no son para mí solo «clientes» y me niego a usar esa palabra porque para mí ante todo son personas que llegan con una enorme ilusión y no las puedo defraudar, por eso les doy todo lo que me gustaría que me dieran a mí y disfruto con ellos cada instante de su gran día como un invitado más.