Y después de su boda íntima en el campo, que a mí y a mucha más gente nos encantó, llegó su gran día, el de celebrar con familiares y amigos, el de compartir a lo grande. Y también fue una boda muy pero que muy especial, porque se casaron en el patio de su propia casa, donde el olivar siguió estando presente en todos los detalles y símbolos de ese día: la corona de la novia, la espalda de su vestido, entre las flores de su ramo, el prendido del novio y como no, una hojita de olivo grabada en ambas alianzas.
Fue una ceremonia civil que tuvo mucho de religiosa y cargada de emoción que las dos pequeñas de Miguel Ángel no pudieron contener.
Un día bonito que se continuó celebrando en las bodegas Miura; que se convirtieron para la ocasión en original salón de celebraciones, servido maravillosamente por el catering 2boca2.
Os dejo con el resumen del gran día de María y Miguel Ángel a los que agradezco que contasen conmigo y les deseo el mejor de los futuros en común.
Besos y abrazos.
Toñi, como siempre…. Espectacular!!!!
Muchísimas gracias Pilar!! Un beso!