Marina y Rafa idearon una boda viajera y nos pusieron a viajar a más de uno (familiares amigos, videógrafos, fotógrafos,etc…) ya que su boda se celebraba en su tierra natal; Ceuta.
Fue un día soleado y espléndido, una boda con contrastes maravillosos donde vivimos la solemnidad de una ceremonia por la iglesia y momentos de «clase de primaria cuando se aunsenta la profe» con decenas de avioncitos de papel surcando el «cielo» del salón entre risas y alboroto…una boda tan maravillosa como sus protagonistas, de principio a fin.
Os dejo una pequeña muestra, y como siempre espero que os guste 😉
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