Todas las bodas de las que llegamos a formar parte son muy importantes para mí, todas son momentos compartidos en nuestras vidas, peldaños que subir en nuestro trabajo y retos que nos proponen y aceptamos superar. No creo que ninguna de nuestras parejas tenga la sensación de que trabajamos solo por cumplir, ni veamos su boda como una más porque no es así, todas son especiales e importantes y la boda que os vengo a mostrar es un ejemplo aun más potente de todo lo dicho antes; esta vez la novia era una compañera de profesión a la que solo conocía de oídas, por lo que todo ello suponía una gran responsabilidad para mí.
Elegir fotógrafo para una boda no resulta nada sencillo y la propia Cristina me dijo que se había llevado unas cuantas decepciones en su búsqueda antes de llegar hasta mí, así que desde aquí quiero agradecerles de corazón tanto a ella como a Emilio que se «quedasen conmigo» y haberme dado la oportunidad de vivir con ellos ese maravilloso día que para mí fue perfecto. Solo espero haber estado a la altura de las circunstancias 😉
Cristina Mulet y Emilio os deseo lo mejor del mundo y un abrazo enorme de vuestra amiga Toñi.