Diana me confesó que Chema y ella llevaban algún tiempo siguiendo mis trabajos y, que en el momento que vieron las fotos de boda de sus amigos, Laura y Berto, decidieron que yo sería la encargada de inmortalizar su «gran día». Esta noticia me hizo muy feliz y desde entonces, Diana y yo hemos estado ideando algunas «cositas» para su boda, entre ellas las dos sesiones de preboda que les propuse hacer.
Tanto Chema como Diana son dos apasionados de los animales,(como yo) y ambos tienen un perrito cada uno (Ron y Tottó) que a partir de emprender su vida en común, se han convertido en inseparables compañeros de juego, por eso han querido que en su primera sesión de preboda estén presentes sus animalitos, y tener un recuerdo en familia del momento tan bonito que están viviendo.
Personalmente me ha encantado la experiencia, divertida y distinta a todo lo que había hecho antes.